Poema: La vida
Autor: Wilson Rogelio Enciso
Intenta aprender…
Cuando apacigües el alma,
Cuando disfrutes la tarde caer,
Con corazón henchido de calma…
Y esos recuerdos dejen de arder,
La esperanza volverá, la carga se aliviará
Y la luz del mañana, sin prisa, te inspirará.
¡Esperado y esquivo momento de mero placer!
Para entonces, quizá estés muerto,
O, por ahí, soñando despierto…
Mas, no importa, habrás entendido
Que aunque nacer no pedimos,
La vida es un don incomprendido,
Del cual, buen uso… poco hicimos.
¡O no quisimos… o nada intentamos hacer!
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Vivir es un arte que nadie te enseña.
Requiere tesón y un tercio de leña,
Demanda pasión y alguito de maña,
Consume ilusión, que avinagra la saña…
Por eso, impide, que al llegar la tarde,
Abrojos y penas, tu cena te amarguen.
¡Cuando, tal vez, ni puedas, o quieras comer!
La vida es un don, por nadie entendido,
Impresa en la flor, con la que se corteja,
Perenne en el viento, que ulula herido,
Latente en la lluvia, que acaricia la teja,
Vibrante en la sangre, que el arma derrama,
Ausente en el éter, que del alma desgrana.
Gracia, ¡que dejó de ser!
Vivir es un arte que poco entendemos.
Oficio que a fuerza de errores y llantos,
Cara factura nos pasa, tarde que temprano,
Cuando con qué pagar no tenemos,
Excepto lamentos, pesares, sueños y olvidos,
Que ninguno recuerda cuando dejas el nido.
¡Y a quién le importaría tu vida saber!
La dicha es efímera, para quien lo quiera.
Nadie te obliga a sufrir, ser libre, feliz o morir.
La añoranza es ajena, si de joven la alejas.
Jamás endoses propios laureles o tus desventuras,
Son el resultado de miles afanes e ignotas venturas,
Que esculpirá la historia, tras tu mortal partir.
Y, que con suerte, alguien querrá leer…
Cuando por fin apacigües tu alma,
Ojalá no estés muerto,
Comprenderás que hay que vivir con calma,
Que la vida es un don, por cierto: ¡perfecto!,
Pero que poco y nada entendemos,
¡Que la dicha es efímera, si así lo queremos!
Lo verás, tal vez con los años, si intentas crecer…
Lo verás, tal vez con los años, si intentas crecer…
¡Esperado y esquivo momento de mero placer!
Si te llega, nace y de verdad lo quieres hacer,
Comienza ahora que todavía puedes comer,
Y, esa, tu vital gracia, no ha dejado de ser;
Así, muchos, tu historia van a saber,
Exaltar, imitar, difundir y leer…
¡Intenta aprender!
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