Poema: 1. Ella
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Se ha ido la luz,
En la habitación
Ya no está tu sonrisa
Iluminando, cautivando mi atención
Tú, que en más de una ocasión
A lo largo de los años,
Por tu belleza fuiste causa de ilusión,
Ahora, sin tu presencia,
De vacío es la sensación.
No eres Diana ni María,
Prometí que tu nombre a nadie diría
Guardaré esa fiel promesa
Hasta que, de mi muerte, llegue el día
Y es que se me hace tan difícil
Resolver la ecuación de tu sonrisa
El recuerdo de tu rostro iluminado
Se lo lleva volando la brisa
Es tu actitud,
Complaciente, pero no sumisa
Esas mejillas sonrojadas
Que hacen latir mi corazón con prisa.
Así como cayó aquella manzana
Por puro efecto de la gravedad,
Con tu profunda mirada cultivaste en mí
Un amor que perdura con la edad,
Uno que después de cinco años
No ha encontrado fecha de caducidad
Me he perdido en el camino
Por andar de distraído
Me he topado un sol divino, tú,
Cuerpo celeste y gesto fino
Ojos casi negros, penetrantes,
Piel como la nieve, blanca y radiante
Una bendita sonrisa que brilla
Como el más puro diamante.
Al mirarte siento la tensión,
Me relajo, me inspiro,
Dejo fluir la tinta en cada oración,
Luego te acercas, te escucho,
Se me baja la presión.
Es cada parte de ti,
Cada detalle me enloquece
Y de forma inesperada,
Este amor cada día crece.
No sé cómo terminará esta historia,
Si será un fin de tristeza, gracia o gloria
Pero sé que cual sea el desenlace
Quedará desde ese día,
Y para siempre, bajo llave
Conservado en mi memoria.
Poema publicado con el permiso del autor. Derechos reservados.
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