María Beatriz Muñoz Ruiz
Este poemario comencé a escribirlo cuando pensaba que el mundo estaba viendo la luz, que habíamos vencido al virus, por eso comenzó llamándose Amanecer, pero luego, con la segunda ola, todo volvió a teñirse de gris y ese amanecer se transformó en Amanecer amargo.
Muestra poética:
No sé cuando la muerte llamará a mi puerta,
ni sé si estaré preparada cuando ella aparezca,
por eso, dejo sembradito mi camino
de consejos y violetas,
porque una madre cultiva la tierra,
la siembra y la riega.
Siempre me faltará algo por decir,
algo que contar, momentos por disfrutar,
y besos que dar,
pero recordad, mis ángeles,
aunque intente allanar para vosotros la tierra,
es inevitable que aparezcan piedras
y puede que yo no esté ahí para romperlas.
Las guerras se ganan luchando,
escuchando, y confiando
solo en las miradas limpias
de quien os aman,
en los que os dicen la verdad,
aunque os saquen las lágrimas.
No confiéis en los lobos con piel de cordero,
no confiéis en los que dicen con facilidad te quiero,
porque las palabras
son huellas en la playa
que la mar cubre cada vez alguien pasa.
Elegid vuestro camino,
porque solo tenemos una vida
para ser nosotros mismos.
Disfrutad vuestro viaje
sin llevar apenas equipaje,
soltad vuestros prejuicios,
no tengáis miedo de errar,
eso significa estar vivo.