Poema: Cornamenta plateada
Autora: Araceli Amador Vásquez
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La vaca arrulla a un niño entre sus cuernos.
El párvulo juguetea con la ternera
la toma entre sus dedos.
La besa, la ansía, la abraza.
Envejece en el lúdico
oscilar que ella le brinda.
Camina en los oscuros recovecos sin fondo
se pierde, y ya no es un chiquillo.
Ella lo amamanta,
aunque ya le han salido dientes.
Él muerde
termina de nuevo chimuelo.
Ahora es un anciano
le ha quedado la encía sangrante.
Regresa a la colina
que en sus curvas aún lo mece.
Duerme niño, duerme ya.
La Diosa devora a su amante.
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