Hedda Ibarra
Hedda Ibarra no solo escribe poesía, también la dibuja. La tinta impregna el papel y las letras impregnan los pensamientos. Y la dibuja con el gris del lamento hasta el rojo encendido de un corazón que palpita poesía. Destellan los versos con la más sublime caricia del mediodía en esta su obra Prosa de caracola bajo la luz de mi velero. Versos profundos como la tierra que nos vio nacer, pero a la vez ligeros como el equipaje de quien no regresará jamás. Hedda Ibarra escribe y dibuja poesía, pero también sus versos son música. Melodías que acompañan el oleaje del mar o sonatas que se pierden entre los acordes de las guitarras de medianoche. Invita esta obra a mirar en silencio el mundo que nos rodea. A veces mágico, a veces ardiente, a veces sin sentido. Versos a flor de piel, versos anudados al alma. La autora escribe, dibuja y musicaliza poesía, pero lo más importante, es que vive la poesía. Decía alguien que el hombre es lo que piensa, Hedda Ibarra es poesía viva. Poesía para todos, sencilla y plasmada de sentimientos, a veces cautivos a veces rebeldes, pero siempre sublimes. Siempre nacen alas, aunque no aprendamos a volar, dice la autora. Y tiene razón porque siempre habrá colores en medio de la oscuridad.
Federico Murillo.