Poema: Cruel agonía
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Seco ha quedado el río de mis lágrimas, porque la tristeza sin piedad el alma me ha deshojado.
Mi existencia colapsó en tu mirada y me llevó a naufragar en un inclemente mar de temores.
Me disipé en tus desgarradores delirios, que destrozado han dejado mi indeleble fortaleza.
De manos atada estuve mientras de mí te aferrabas, pero solo la penumbra de la incertidumbre pudo resguardarnos.
Miserable soy al no poder tu agonía sostener, cuando tu llanto se desenfundó como navajas en mis entrañas.
Perdóname por no poder cambiar tu destino, aunque no desistí en el intento de salvarte a través de mis plegarias.
Te alenté con falsas promesas; tú solo querías volver a casa.
Pediste a gritos el descanso y yo te rogaba para que conmigo te quedaras.
Me consumo de impotencia y tú te evaporas con insistencia.
Te cambio tu vida por la mía o al menos compárteme de tu agonía.
Albergué cada uno de tus lamentos y ahora vivo reproduciendo cada recuerdo.
La soledad me abriga; se está apagando el faro de mi vida.
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