por Hugo J. Vélez Astacio  de Nicaragua

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A propósito del terremoto y el posterior gran incendio sufrido en la ciudad capital de Managua en el año de 1972 devastándola y destruyéndola;  provocando unos diez mil muertos, ayer 22 de diciembre un pariente, hizo referencia indicando el hecho de estarse cumpliendo medio siglo de tal fenómeno, al haber ocurrido: “A las 12:29 del día 23 de diciembre de 1972”.

Lo anterior hizo ubicarnos en ese tiempo, que previo hace ya buen rato porque ya pasó cuando vago de amor hacia bandidencias amorosas con la juvenil sonrisa, al lado de la que hoy es mi amada esposa; recordé los angustiosos momentos del horror que viví, en donde la muerte corto las flores de los jardines, y yo impotente sin poder hacer algo al momento del estruendo y derrumbe de la casa y específicamente del cuarto con alta paredes, donde dormía, matando a mi primo Carlos José Cabrera Astacio. ¡Horror de horrores! esos momentos de terror. Existe un amplio escrito en que en detalle narro esas tristes y dolorosas circunstancias, y que titulé: “Yo viví ese horror”.

Pero hoy quiero referirme al aspecto de la fecha. ¿Fue el 22 o fue el 23 de diciembre? ¿Fue a las 12:29 del 22 de diciembre, o fue a las 00:29 am del 23? Sobre lo anterior, recuerdo haber leído diversos artículos con interesantes argumentos a propósito del inicio de siglo, por lo que hoy he querido referirme a lo implícito que conllevan las interrogaciones arriba  indicadas.

En principio eventos o fenómenos especiales o extraordinarios, han marcado épocas, que los mismos han sido tan relevantes, que históricamente parten o inician el tiempo. Empezando por el fallecimiento de Jesucristo, que según la Biblia fue un 3 de Abril del año 33, el tiempo se conoce históricamente “Antes de Cristo y Después de Cristo (A.C y D.C); así mismo tenemos a muchos historiadores que consideran que el inicio del siglo XX, comienza con el magnicidio en contra del archiduque Fco. Fernando de Austria ocurrido en 1914 al dar lugar a la primera guerra mundial, o para el caso del siglo XXI con el evento de carácter mundial como lo fue el “11 de Sept del 2001” con la caída de las Torres Gemelas en EE.UU.,  que hizo extremar la sensibilidad en las relaciones entre los paises, y las acciones en contra del terrorismo, son asuntos a tener en cuenta.

El sistema cronológico cuyo calendario gregoriano, se guía el mundo occidental en que vivimos, determina que los siglos comienzan el 1 de enero de un año terminado y finalizan el 31 de diciembre, lo que por deducción extensiva hace para el caso que nos atañe, que el día 23 inicia a partir de la una o sea a la 01:00 y que el día del 22 finaliza a las 12:59; los siglos tienen 100 años y no 99, así como los días tienen 24 horas cumplidas. Los años calendario de la mayoría de las culturas, incluida la nuestra, cuentan los años desde el principio, no desde el fin, por lo que siguiendo esa lógica deductiva, el terremoto que destruyó la capital de Managua, no es tan descabellado decir que fue el 22 de diciembre de 1972, a las 12:29 pasado meridiano, como se manejó durante muchos años posteriores al mismo.

Si bien Nicaragua, es internacionalmente conocida en cuanto a su atractiva y bella naturaleza como el país de lagos y volcanes, en apreciación diferente se tiene una percepción de asociarlo incidentemente con lo que desquician las convulsiones de las erupciones de los volcanes, dada la sistematicidad cíclica de temblores y terremotos, como los ocurridos en la ciudad de Managua, en marzo de 1931 y diciembre de 1972, que en el plano político y económico una vez se argumentó para determinar definirse a construir el Canal Interoceánico por Panamá y no por Nicaragua, a pesar que los estudios de entonces la favorecían por brindar mejores condiciones técnicas y naturales así como en el aspecto económico.

Viernes 23 diciembre de 2022

Información de citado

Hugo J. Vélez Astacio, 24/12/2022, El día fatal que marcó el tiempo en nuestra historia, Blog de Panamá Poético https://panamapoetico.com/blog

Sobre el autor y el traductor de la nota

Hugo J. Vélez Astacio.  Originario de Chinandega, Nicaragua. Cursó estudios de Administración de Empresas en la UCA y obtuvo el Programa de Alta Gerencia (PAG) en INCAE Alajuela, Costa Rica. Después de estar al frente de la  Gerencia General de varias empresas e industrias fue Director General de Transporte Terrestre (DGTT-MTI). Actualmente Escritor e historiador. Ha sido colaborador de artículos de opinión del diario “La Prensa” (LP). Autor de nueve libros publicados. Como dariano amante y estudioso de la vida y obra de Rubén Darío, ha publicado dos obras.

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