Poema: Génesis de Abya Yala

Autora: Giovanna Benedetti

El nombre de América, aplicado a nuestro continente es reciente…
En el idioma de la nación Dule, se le conoce y se le seguirá conociendo por suverdadero nombre: Abya Yala.
Arysteides Turpana

Madre y padre piedra: continente. Hermano del silencio: hijo del río. Compañero de sombra, escucha: en el principio era el mar: oye lo que te digo.
Entonces fue la noche y vino el verbo y hablaron en sus sueños las palabras:
¡Sea esta tierra dulce como la piel de caña!
Y fue Abya Yala la de la vulva de agua y volcanes como pechos. (Primer día).

Creció Abya Yala inmensa desde su árbol florido. El sol, volcó su espuma y engendró entre sus playas muchedumbres de orquídeas.
Y fue su concha viva/viva fuente, ombligo primigenio y hubo luna menguante. (Día segundo).

Y dijo el Huracán: ¡Reviente el firmamento y haya tormenta, y caiga el aguacero
y hierva el continente de lagartos

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de iguanas y de grillos
y sean sus bestias tantas como estrellas!

Y así fue. Cayó la lluvia a flechas sobre las sementeras
y zumbaron en las miasmas las libélulas, las ranas,los zancudos.
Y hubo en los cardinales trópicos y nieves
y desiertos y pampas y arco iris. (Día tercero).

¡Hágase el jaguar —dijo la luz— y se hicieron las selvas.
¡Sea el relámpago la lengua de los valles!
y surgió la anaconda como un río.
¡Vuele hacia el amanecer el cóndor y sean sus alas nubes!
Y alzáronse los Andes hasta el cielo.
¡Vénganos un dios! —gritó la sangre— y fue el pájaro quetzal libre y altivo.
Y hubo en los altiplanos pedernal de fuego nuevo y serpientes emplumadas. (Cuarto día).

El Corazón de la Montaña habló sobre las serranías:
¡Que sea el maíz el polvo de mi carne que broten de su espiga los murmullos y de sus granos el hueso y la simiente!
Y conmoviéronse los péndulos en sus callosidades y salieron los pellejos de las grietas
y hubo en sus alfabetos sangre coagulada
y fueron sus cenizas macho y hembra. (Quinto día).

Ciñéronse sus lomos los hijos del follaje.
Milenios de cal y canto guardaron sus madreperlas y del hueco de las sombras hicieron sus paisajes.
¡No prevalecerá otro nombre en mi conciencia ni quedará en tus huellas piedra sobre piedra! Dijeron en sus ruinas, las tinieblas.

Y fue Abya Yala territorio enigma. Término de Oriente y de Occidente. Y quedaron sus arcanos sellados para siempre. (Sexto día).

Después de los objetos, 2018-19 / Entonces, ahora y luego, 1992)

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