Poema: Inocencia

Autora: Araceli Amador Vásquez

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No divagues,
que tus alas
no se entreguen a las pasiones
porque el águila
asecha tu vuelo.

No divagues,
desuella su rostro
de tres pieles
con los poros
de la indiferencia.

No divagues,
llena con estambre tus huecos,
une las tres pieles con luz.

No divagues,
que en tu pecho no haya codornices
ni cementerio de alados seres;
un matadero de gallinas.

No divagues,
porque de tanto volar hacia Dios
se te puede incendiar la vida.

No divagues, niña.
No te entregues al rojo camino,
donde las palomas se arrastran
y los tigres vuelan.
Porque en el centro
de una cama
se entretejen todas las intrigas
del universo.

En la jaula de los pichones
siempre hay un último canto;
el lamento del inocente
que estruja como la tristeza
de un perro.

Es el huevo que se pudre
en su grito.

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