Poema: Jardín para Bill Evans

Autor: Agenor Prieto Machado

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Hay un brocado vegetal que oculta
el espejo del agua
desnudo como el cielo.
Aquella desnudez tiene retales
de un silencio caído
como aroma de ausencia.
Para abrir los arcanos
fue de espejos su arte,
una memoria
de la luz demorada en los esmaltes.
Qué hermoso balanceo
como pensiles tienen sus manos de olor a espliego.
Se ha visto el ejercicio de sus dedos
en el gorrión al pellizcar la piel del agua.
Un desperezo ávido si pulsan
las notas de marfil a las nieves de enero.
La memoria desnuda de la luz en el agua
es silencio pulsado en su desnudo teclado.
La claridad lunar es una perla
ahogada entre las manos de Bill Evans.
Y vemos afinar al ruiseñor
cuando irrumpe la luz y derrama en el día
su deambular febril en los objetos,
el canto en las clavijas ocultas del piano.

El Silencio Creador (Polibea 2015, Madrid)

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