Poema: Serenidad
Autora: Aura Méndez de Canova
He vuelto a las cosas simples
al faro roído y perdurable,
donde los espectros se sofocan
por el destello de la rutina.
Embriaguez de calma… Bálsamo,
quedan mañanas y palabras nuevas.
Un trozo de historia silente entre los dos.
Lejanía de sílabas por nostalgias.
Nuestros secretos sólo perfuman las calles.
Sigo a vivir con alas de metal,
intento cicatrizar la derrota y sed.
Plenitud y vacío en mis tintas,
pasiones rotas, astros sin fechas
amaneceres descalzos…
¡Me basta saber que existo!
He vuelto a la dialéctica de los árboles.
A contemplar el misterio de las estaciones,
el deceso de muchos soles
y los sonidos que agitan la tierra.
¡He vuelto a la serenidad de las cosas!
Tu presencia queda hospedada en mi silencio.
Empieza a poblar hojas en mis manos.
Intento ser autor de un destino.
Van quedando atrás imágenes agridulce
el viento enciende huellas con cirio rojo.
Yacen en la piel caricias lejanas.
Queda el resplandor en el corazón,
silencios sin espacios
sonidos peregrinos
y bálsamos entre atardeceres.
Nuestro invierno, tatuado de flores blancas.
Oasis inexistentes
¡He vuelto a nacer!
Rostros desnudos de asombro,
quimeras simples, vagan sin afán…
Voy con el destino,
tocando lluvias y aves.
Con esta sangre de cristal
me persigue tu epidermis.
Hoy me asilo en la cordura.
Puedo apagar el humo del ayer
por el silencio sin boca… Calma…
Cesa el viejo calendario
hay luna blanca, lluvia nueva y tertulia,
ondean los pregones de mayo
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