por Omar Cruz Zavala  de Honduras

Contacto: cruzomarpoe1995@gmail.com


La autora, en el escenario de un importante concurso de poesía en su país de origen.

Thiara Marcell Flores Díaz, nació en Tegucigalpa el 17 de octubre del 2001. Estudiante de francés en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Comenzó a escribir poesía a la edad de 13 años. Es miembro del colectivo Letra Ele, colectivo dedicado a promover, organizar y producir actividades literarias en Honduras. Es ganadora de cinco concursos nacionales de poesía, tercer lugar en el “Torneo de poesía Slam” organizado por el CCET, primer lugar en el reto poético “Poesía declamada en ocasión del día mundial de la poesía” organizado por el MIN, tercer lugar en el concurso de poesía “Dra Ana Lina Lizardo” “Poemas para la Demencia, el olvido y la nostalgia”, Mención honorifica del concurso de escritura “Al escribir, filosofamos” en la categoría poesía organizado por la asociación de estudiantes de la carrera de filosofía de la UNAH, y primer lugar en el concurso de “psicotalentos” categoría poesía organizado por la carrera de psicología de la UNAH.

 

La poesía de Thiara Marcell, está construida desde la poderosa voz de la ternura. Sus versos, son un golpe de realidad, lleno de metáforas y figuras literarias potentes, que iluminan el alma y la conciencia de quienes han decidido leerlos apostando así, por su obra escrita con su mano joven, que desde ya, se está construyendo un camino, en los inimaginables andares del mundo artístico.

 

La poeta, es consciente de su tiempo, a su corta edad su trabajo literario, está siendo trazado con la rigurosidad suficiente, para reconocer que, en su poesía, también hay formas difusas como la de su sangre, su carne y sus huesos. Entonces, la poeta, con el corazón en medio de sus manos nos dice: 

 Todo en su lugar 

 

Cierro mis ojos.

Todo está en su lugar, las flamas en la punta de los pies,

El aire atascado en los pulmones

 

Escalo lentamente sobre tu pecho

Como una mantis religiosa

Y dibujo remolinos muy cerca de tu núcleo

 

Cuando enredas mis cabellos entre tus dedos,

Te hago preguntas “¿Me amas?” “¿Qué hora es?”

 

Abro mis ojos.

 

Todo sigue en su lugar, excepto la habitación

Que se desliza hacia el patio para acurrucarse

En la hojarasca

 

El cielo puede hablarme y abrirme un pequeño

Espacio en su mapa estrellado.

Pero vos no podes hablar ni tampoco

Danzar sobre la hierba, te quedas inmóvil,

Después de escuchar que TE AMO.


La poeta, siendo luz e imagen de lo que ha construido en su vida.

En la obra de la poeta, también está vigente la imborrable memoria de su hogar, sus versos de manera tácita, dan testimonio de lo vivido a su corta edad. La autora, se asume, reconoce que, en verdad, su ciudad puede ser un hermoso poema. De ahí que, desde la intimidad de su obra nos diga:

 

En Tegucigalpa 

 

En Tegucigalpa está lloviendo

Y mientras hundo mis sandalias en los charcos

Los perros me ladran

Creo que me parezco a la lombriz

Que se tuerce en el lodo.

Retrocedo para evitar aplastarla,

No quiero volver a morir aquí en Tegucigalpa.

 

El humo de las calles alimenta mis pulmones

El niño que las cruza no sabe si llegará a casa.

He roto mi espejo dimensional

Nadie comprende este viaje.

Tegucigalpa tal vez es un sueño rojo.

Sigue lloviendo y

El humo ya no alimenta mi estómago.

Extraño los frijoles de la abuela, el ruido de su radio

Tratando de buscar la señal.

Extraño el grito de mi mamá

Advirtiéndome de la lluvia.

A mi perro olfateando la cocina sabiendo

Que ya no hay comida.

Tegucigalpa tal vez es un sueño rojo,

Extraño todo, incluso estando aquí.

Sigue lloviendo y mientras abro la sombrilla

Algo dentro de mí termina cerrándose.

 

Para finalizar, la poeta nos entrega un poema, que más bien podría leerse, como un diálogo entre la autora y su presente. Un recorrido por la línea de tiempo que la habita y la espera, mientras el reloj y la luz de la poesía le siguen marcando su sendero:

 

Carpe diem

 

Hoy no veo

Bosque viejo

En mi lengua,

Ni los versos

Que respiro

En ciudades

Retorcidas

 

Yo quisiera

Destrozar

Las columnas

Que separan

Mi fogata

De mi origen

Poético

 

Hoy no veo

Bosque viejo

En mi lengua,

Ni los versos

Que respiro

Están muertos

 

Información de citado

Omar Cruz Zavala, 19/01/2023, Thiara Marcell: una poeta que encontró luz en la atroz oscuridad de la vida…, Blog de Panamá Poético https://panamapoetico.com/blog

Sobre el autor y el traductor de la nota

Omar Cruz es hondureño por nacimiento, estudiante de la carrera de Periodismo y Antropología, autor del poemario: “Hologramas de ayer, hoy y para siempre…” (Atea Editorial, 2019) sus artículos y poesía han sido publicados en revistas de México, Argentina, Colombia, Venezuela, Honduras, Guatemala, España, Costa Rica, Panamá e Italia. En Septiembre del año 2022 fue finalista en el concurso de cuentos de ciencia ficción, suspenso, misterio y terror convocado por la revista literaria mexicana Inéditos. Su poesía está en antologías de: Honduras, Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela y México.

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