Poema: XLIX
Autor: Javier Alvarado
Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Mateo 8 26
Fue Jesús con discípulos al lago
al medio fue a la víspera del sueño,
la tormenta rasgó todo el ensueño
y el agua embraveció con su trafago.
Allí, despavoridos con rezago
sin ningún puerto vivo y ribereño
anhelaban de Dios morar costeño
la barca naufragaba con amago.
Le llamaron con grandes, vivas voces
y despertó ante el céfiro rugiente.
“Calla. Silencio. Duerme y enmudece.”
Y dominó los vértigos feroces.
“Hombres de poca fe. Soy yo el regente
de aquello que se aquieta y también mece.”
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