Poema: Sueños
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Ya se hizo costumbre maravillarme
Al endulzar con tu risa el café,
Soñar mis sueños,
oír los tuyos,
hacerlos nuestros,
Sin ignorar que tú prefieres el té
Ganarle al astro rey para llamarte
Y contemplar juntos un nuevo amanecer,
Despedirme cuando vas a cepillarte,
Acostarme, y soñar con irte a ver
Despertar un par de horas más tarde
Dudando si en verdad sucedió,
Sonriendo de oreja a oreja a oreja
E incluso dando gracias a Dios
“Quiero algo bastante peculiar,
Yo quiero ser como tu almohada,
Confidente de todos tus secretos
Y tu reposo cuando estés cansada”
Cuando lo escribí se veía tan lejano,
Hoy me llena el alma poderte escuchar,
Luego escribir mil odas a una musa
Que ni siquiera hace falta idealizar
Me arropo a soñar con una historia
Que a día de hoy tiene un único defecto,
El mismo de las obras de Aristocles
El dilema amoroso predilecto
Mientras tanto, tiene asilo en mis sueños
Cuyas mejores partes te suelo omitir,
Sueños que se sienten tan reales
Y que desearía poder repetir
Te he soñado en campos, montañas, teatros,
cualquier escenario que puedas imaginar,
Te sueño cuando estoy dormido
Y te sigo soñando al despertar
Te soñé en la playa más preciosa
Que un ser humano jamás podría visitar,
Te soñé viendo la aurora rosa
Que un día me invitaste a contemplar
Te soñé con los ropajes de la Venus de Urbino
Y la pureza del sueño me dejó marcado,
Mi reacción fue de habitante del Edén
Mucho antes de conocer el pecado
No en vano te puse “Remedios, la bella”,
Lo único que falta es que comiences a flotar,
Eres sapiencia, eres arte, eres poesía,
Eres la palabra que nunca voy a hallar.
Eres la historia más bonita que he vivido
Y que, en vano, siempre intento plasmar,
Serás siempre la luz que, a un náufrago perdido,
La esperanza en el mundo, ayudó a recuperar.
Poema publicado con permiso del autor. Derechos reservados.
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