Poem: Paris was a dying swan in the arc of the sun

Author: George Wallace

Even in the
estimable
present I
remember
you in your
early days,
seated in
the Plaza
Saint-Michel
at half eight,
alone in
a crowd,
waiting for
your latest
suitor to
arrive (there
was a simple
geometry
in your
manner,
pearls
swung
generous
as a pendulum
at your neck)
the waiter
chattering
endlessly
around us
like a little
bird hoping
to catch a
crumb (au
table a circle
of admirers,
inside the
cafe, Delibes’
Flower Song —
a pedal point
held to the bass
while the voices
of two sopranos
flirted above it);
Paris was eternal,
young and tragic,
Paris was a dying swan
in the arc of the sun,
held fast to the breast,
& you with your
perfect wrists
and your
disarming
French (how
the Parisians
objectified you)
& I was not yet ready to let go of love
(& I was a
minor figure
in your orbit
the one who
knew you in
Chicago when
you were a
schoolgirl,
so what?)
how you
deceived
them all!
you w/ your
natural
grace
in the
artificial
light of the
Quartier Latin
(all bustle &
ambuscade)
too perfect
to be true, too
human (the
musical arc
Pythagoras
dreamed
aloud)
as day
drew down

Poema: París, un moribundo cisne en el arco del sol

Autor: George Wallace

incluso en el regalo del ahora
evoco tus primeros días
sentada en la Plaza San Miguel a las ocho y media
sola entre tantos
en espera del último pretendiente

(había una geometría ingenua en tus modales
como un péndulo
las perlas colgaban de tu cuello)
el camarero parloteaba
a nuestro alrededor
como un pajarito en busca
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀de una miga
(en la mesa, un círculo de admiradores
dentro del café, la canción de las flores de Delibes
y un espacio en el pedal sostenía el bajo
mientras las voces de dos sopranos
coqueteaban por encima de él)

París eterna, joven, trágica
París, un moribundo cisne en el infinito arco del sol
agarrado al pecho
y tú con esas muñecas perfectas
un francés que desarmaba
(¡cómo te justificaban los parisinos!)
aún no estaba listo para dejar ir el amor

(yo era una figura menor en tu órbita
que te conoció en Chicago
siendo una colegiala, ¿y qué?)
¡los engañaste a todos!
sí, tú y tu gracia natural bajo la luz artificial del Barrio Latino
(pura algarabía y emboscada)
demasiado humano
demasiado perfecto para ser verdad
(el arco musical que Pitágoras soñó en voz alta)

tan pronto amanecía

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