Poema: 5

Autora: Corina Rueda Borrero

“Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada.”
-Alejandra Pizarnik-


El infierno
puede ser un aguacero de palos y hojas secas
que maltratan mis huesos.

Ese infierno también lo puede ser mi cuerpo,
o ser yo.

Ser yo con mi cuerpo de veinte años
sin saber más
que lo que se castiga hacia el retorno.

También lo puede ser la poesía que se moja
o lo que queda de esta cueva donde se olvidan ofrendas
y se entumen profecías sobre el devenir de escarabajos.

El infierno es un lugar, es cierto,
pero ese lugar no posee nombre más allá que el que conmigo llevo.

Ahora, veme aquí
en una jaula,
de mí aún brota sangre cada mes
y me lleno de ternura,
¡qué importa si mis huesos duelen!
¡qué importa si no tengo con quien jugar por miedo a los monstruos!

Pausa…
No hay puertas que separen la lluvia que me atrapa.
Pausa…
Los crucifijos se han atorado en la magnitud de mi pecho.

Pausa…
La ausencia me ha rechazado
y me sepulta bajo la pared rasgada
como si mis ojos
no
dijeran nada.

–Extraído de Las paredes no acaban (Inédito, Segundo lugar de Premio Municipal de Poesía León A. Soto 2019)–

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