Poema: Silente, una fragancia de jazmín envuelve en éxtasis el corazón de los hombres. Tebano desde su ceguera advierte el olor a sexovirginal del pubis hierático de Palas Atenea

Autor: Marvin Calero

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En la Atenas antigua
se construyeron monumentos inigualables
para ensalzar el poderío y la sapiencia de Grecia.
En el estruendo del abisal,
cuenta Platón de la existencia de la Atlántida,
protegida por Poseidón.
Después del desastre,
la ciudad se sumergió para siempre.
Cuentan que los hombres
llevan un poco del linaje de los dioses.
Seguramente el paralelismo, no es una casualidad.
Desde la lejanía
se muestra al mundo el Partenón;
su arquitectura jónica
habla a la posteridad de: Ictino, Calícrates y Fidias.
En vano, Tebano advierte el olor a sexo de Palas,
si su visión se pierde en el tiempo,
condenado a vagar por el inframundo
(así lo explica Homero en La Odisea”)
Se desconoce el origen de la técnica
crisoelefantina de Fidias.
El monumento de Palas
no ha encontrado igual en la posteridad,
seguramente cada dracma de oro,
cada daktylos de marfil,
habla de conquistas en tiempos remotos

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