Lecciones del Purgatorio de Dante para hoy

Lecciones del Purgatorio de Dante para hoy por Edwin K. Chacón  de Panamá #

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El Purgatorio de Dante

En el universo de Dante, el Purgatorio es donde las almas van a embellecerse[1] y se habla de belleza precisamente para poner en contraste lo impresentable que nos convierte el pecado cuando hablamos de un sitio tan limpio y hermoso como el Paraíso. La forma que utiliza Dante para presentarnos este Purgatorio es como una antítesis del Infierno.

InfiernoPurgatorio
Constituido por niveles, colocados de grande a pequeño, formando un triángulo invertidoConstituido por una montaña (un triángulo hacia arriba)
Tiene 9 círculosTambién tiene nueve niveles (un ante purgatorio, 7 cornisas o niveles y un paraíso terrestre)
Entre más bajas de nivel, más te acercas a SatanásEntre más subes, más cerca de Dios estás

En el ante purgatorio encontramos las almas que no han iniciado su ascenso, a los excomulgados, a los que se arrepintieron demasiado tarde, a los príncipes negligentes. Luego encontramos los siete pecados capitales ordenados así: soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria. Por último, el paraíso terrenal que es un sitio creado por Dante dentro del Purgatorio como transición al Paraíso divino.

En este año se cumplen 7 centenarios desde la muerte de Dante. Para conmemorar su importancia histórica, estaremos realizando varias actividades en torno al poeta florentino. A continuación, presento algunas lecciones del purgatorio dantesco para hoy.

  1. Libertad

(Canto 1) Virgilio le dice al anciano Catón, refiriéndose a Dante: “Va buscando la libertad, que es tan amada, como lo sabe el que por ella desprecia la vida”. Por medio de Virgilio, Dante nos enseña a reordenar nuestras prioridades y defender la libertad. Seguramente el poeta no se refiere al suicidio -que ya condenó en el Infierno-, sino a luchar hasta las últimas consecuencias por la preservación de la libertad, aunque eso signifique poner en riesgo la vida. Esta enseñanza es tan útil en nuestro actual 2021 donde el status quo está haciendo movimientos opresivos hacia las bases de las columnas sociales, como, por ejemplo, en el hermano Colombia[2].

  1. Amistad

(Canto 3) Dante dice sobre Virgilio: “Me acerqué a mi fiel compañero; porque ¿cómo hubiera podido seguir mi viaje sin su compañía?, ¿quién me habría sostenido al subir por la montaña?”. Fidelidad, compañía y sostén, son los tres pilares de la verdadera amistad para Dante.  Los buenos amigos son necesarios para atravesar el purgatorio de la vida, por lo que estos versos son un llamado a retornar a sus principios más básicos, practicándolos primero nosotros.

  1. Deseos

(Canto 3) Virgilio dice a Dante: “Y habéis visto a muchos hombres desear apaciguar sus deseos sin éxito y sin conseguir más que eterno luto”. Del argumento de Dante surge una verdad poco conocida para los occidentales: el deseo humano es una fuente inagotable. Y así es. Cualquier persona que desee algo y lo obtiene, se da cuenta que lo disfrutará brevemente, luego deseará otra cosa y si no la obtiene será objeto de su infelicidad. El luto que otorga Dante a quien intente vivir en este ciclo sin fin, lo conocen muy bien los orientales quienes son enseñados a calmar sus deseos y a domar la mente.

  1. Tiempo

(Canto 3) En su trayecto para escalar la montaña del Purgatorio, Virgilio les dice a unas almas: “Decidme por qué parte es más fácil la ascensión a esta montaña; pues más desagrada perder tiempo a quien más sabe lo que vale”. Siento temor en las palabras de Virgilio porque pone de relieve una idea terrible: no todos los seres humanos son conscientes del valor del tiempo. Nuestra sociedad actual está construida sobre pilares de entretenimiento que evitan la búsqueda interior, la reflexión, la lectura, la meditación y cualquier otra práctica que encuentre al ser humano consigo mismo. Este distanciamiento del ser con su sociedad produce hombres y mujeres que no conocen el valor del tiempo y ¡cuánto nos desagradaría saber todo el tiempo que hemos perdido!

  1. Las masas

(Canto 3) Dante narra sobre un tumulto de almas: “Cuando vieron que la luz se interrumpía en el suelo a mi mano derecha, de modo que se proyectaba la sombra desde mí a la gruta, se detuvieron y hasta retrocedieron un poco, y todos los que venían detrás, sin saber por qué, hicieron lo mismo”. Entre la muchedumbre de almas, las que estaban cerca de Dante se asombraron al descubrir que Dante tenía cuerpo y era capaz de bloquear la luz, tanto que retrocedieron un poco por el natural asombro. Las personas que estaban atrás hicieron lo mismo, pero no sabían por qué. De la misma manera, en nuestras sociedades se construyen masas en torno a diferentes temas y personajes. Cuando seguimos estas corrientes de pensamiento llegamos al punto de actuar sin saber, simplemente lo hacemos porque los demás lo hacen y aquí está el peligro. La vida en sociedad seguramente requiere de concepciones comunes: la religión, la economía, las leyes, la constitución, etc., pero también necesita que los individuos se formen críticamente para que cuando practiquen estas concepciones comunes sepan argumentar sus razones. Indudablemente este pasaje de Dante coincide con la alegoría de la caverna de Platón.

  1. La gente (la mala gente)

(Canto 5) Cuando el maestro Virgilio ve que Dante se entretuvo con un grupo de almas, le dice: “¿Por qué te sientes tan turbado que detienes tu marcha? ¿Qué te importa lo que allí digan? Sígueme y deja que hablen”. No hay consejo tan actual como este: hay que dejar a la gente hablar si eso es lo que quieren, pero no debe importarnos ni debe detener nuestro progreso. La clave -nuevamente la sabiduría dantesca nos da la clave- consiste en evitar poner nuestra atención y continuar nuestro camino.

(Canto 26) Al hablar sobre unos necios, Dante dice: “[Ellos son los que] prestan más atención al ruido que a la verdad, y así forman su juicio antes de dar oídos al arte o a la razón”.  El poeta florentino nos recuerda los peligros de enfocarnos en el ruido, el murmullo y el habla de la gente, enmarcando en la necedad a quien sea presto en formular su juicio de forma prematura, sin tomarse el tiempo de escuchar a la razón o al arte -que fácilmente puede ser la experiencia de alguien en algo-.

  1. Pensamientos

(Canto 5) “El hombre en quien bulle pensamiento sobre pensamiento, siempre aleja de sí el fin que se propone; porque el uno debilita la actividad del otro”, le dice Virgilio a Dante. “El que mucho abarca poco aprieta”, me dice mi madre. La mente está hecha para montar pensamiento sobre pensamiento, pero este traganíquel sin control es incapaz de poner un alto, centrar la atención y ejercer la razón para alcanzar un argumento o decisión. Un pensamiento debilita al otro y así sucesivamente, dice Dante por boca de Virgilio, la clave está entonces en abarcar menos.

  1. Justicia

(Canto 6) “Muchos son los que tienen la justicia en el corazón, pero son tardos en aplicarla”, dijo Dante. ¿Vale la justicia tan solo como deseo sin acto? Lamentablemente, la justicia es de aquellos principios humanos que sin su aplicación no son nada.

  1. El aquí y ahora

(Canto 12) Virgilio le dice a Dante: “Mira hacia abajo. La visión del suelo donde descansan tus pies te hará menos penoso el camino”. La vista al frente o alrededor es capaz de anticiparnos mucho de lo que viene, pero la vista al suelo, a nuestros pies tiene el increíble poder de mantenernos en el tiempo presente. Preocuparnos por el futuro trae cargas innecesarias al presente y hace más penoso el camino.

(Canto 31) En otra ocasión, el poeta se refiere a la razón de su desvío personal luego de la pérdida de cercanía con Beatriz, utilizando la misma metáfora del camino, nos dijo: “Los falsos placeres de las cosas presentes desviaron mis pasos, apenas se me ocultó vuestro rostro”. Dante llama falso a los placeres y lujos de la vida, yo le llamaría tan solo “temporales” porque en cierta forma satisfacen la necesidad de huida del hombre durante una crisis, pero tan solo mientras duren. Disfrutar de los placeres en las cosas presentes de la vida, no tiene ningún mal rigor si se mantiene presente su temporalidad, sin que llegue a desviar los pasos. Podremos disfrutar siempre que estemos aquí y ahora.

  1. Humanidad

(Canto 12) Un ángel busca guiar a Dante y a Virgilio hacia la subida al siguiente nivel: “Venid, cerca de aquí están las gradas y puede subirse fácilmente. ¡Qué pocos acuden a esta invitación!, ¡oh, raza humana, nacida para remontar el vuelo!, ¿por qué el menor soplo de viento te hace caer?” La humanidad es una joya en la corona de la evolución, el que le diga lo contrario se equivoca. Adquirimos un nivel de conciencia que no se encuentra en los otros animales, aprendemos del ambiente y lo transformamos, hemos creado una nube mundial de conocimiento y vamos escarbando en los rincones del espacio para explicar cómo todo esto es posible. Esa es la humanidad que es una joya en la corona de la evolución, lastimosamente hemos hecho uso de esa humanidad con fines que difícilmente nos pone orgullo, pero es trabajo de todos mantenernos en el lado adecuado de la historia.

  1. Imaginación

(Canto 17) ¿Le ha llevado su imaginación a otros sitios? Dante nos dice: “¡Oh fantasía, que a veces nos aparta del mundo de tal manera que no sentimos nada, aunque a nuestro alrededor suenen mil trompetas!” La imaginación tiene la capacidad de crear una realidad alterna para quien la experimenta, se lleva con ella a los sentidos, dejando al sujeto privado de capacidad sensorial. Algunos dicen que el conocimiento nos ha desarrollado, pero ese conocimiento no sería nada sin la capacidad de abstracción que nos permitió obtenerlo, imaginando escenarios posibles y realizando cálculos sobre suposiciones. Cultivar la imaginación es cultivar la mente misma.

  1. Convivencia

(Canto 17) Dante nos alecciona sobre convivencia cuando escribió: “Hay quien espera elevarse sobre la ruina de su vecino, y solo por esto desea que se derrumbe desde la altura de su grandeza; hay quien teme perder el mando, la gracia, el honor o la fama ante la elevación del otro y se entristece tanto por ello que desea lo contrario al prójimo…” Este impulso de dominación forma parte del instinto natural en el hombre que le hace competir por la supervivencia que, tal como ya he escrito antes, es contrario e innecesario bajo los principios de la civilización.

  1. Amor

(Canto 27) “Mi dulce padre, para animarme, continuaba hablando de Beatriz y diciendo: ‘Ya me parece ver sus ojos’. Nos guiaba una voz que cantaba al otro lado; y nosotros, atentos solamente a ella, salimos del fuego por el sitio donde se encuentra la subida”, dijo Dante. El amor tiene un fantástico poder en el hombre, puede potenciar la experiencia y darle un impulso adicional a la realidad. El hombre que ama se inspira y esa inspiración le ayudará en sus dificultades.

(Canto 30) Cuando Dante estuvo frente a Beatriz, ocurrió lo siguiente: “Mi espíritu, que hacía largo tiempo no había quedado abatido, temblando de estupor en su presencia, sin que mis ojos la reconocieran, sintió no obstante el gran poder del antiguo amor, a causa de la oculta influencia que de ella emanaba”. El amor verdadero puede dormitar en el hombre por mucho tiempo, pero cuando resurge puede apoderarse de su ser con la misma intensidad del primer día y el poeta resalta una oculta influencia en su vida, de manera que el amor constituye una fuerza activa para potenciar la existencia del hombre.

  1. Padres, maestros, guías, tutores

(Canto 27) Virgilio dice a Dante: “Te he traído hasta aquí con ingenio y con arte; en adelante tu voluntad te servirá de guía. Fuera estás de los caminos escarpados y de las estrechuras”. Al igual que el pájaro cuando sale del nido, los hombres, como parte de la naturaleza, también reciben la formación inicial de la vida de sus padres y maestros y luego deben lanzarse a la vida, utilizando su voluntad como guía. Es el modelo de la naturaleza que seguimos todos.

  1. Depresión

(Canto 30) En este canto, cuando Beatriz se presenta ante Dante y le da una célebre explicación de su distanciamiento y dureza con él, Dante se aflige demasiado, tanto, que su musa se apresura a ayudarlo. Beatriz nos cuenta: “Tan bajo cayó, que no tuve ya otro recurso capaz de salvarlo que mostrarle la gente perdida”. La amada nos dice que intervino en el cielo para que a Dante le fuese permitida la visita a los infiernos como último recurso para sacarlo de su estado depresivo. Conocer los horrores que experimentan otras personas nos hace reflexionar sobre los nuestros. Esta experiencia puede resultar útil para manejar la depresión, cuando se cree que los eventos de la vida ocurridos guardan una relación personal con nosotros.

Y para concluir, termino con un mensaje de esperanza: la pandemia continúa amenazándonos con llevarse lo mejor de nosotros, ya lleva adelante algunos de nuestros seres queridos y todas nuestras estabilidades sociales; tanto es el derrumbe sobre nosotros que quisiéramos gritar como la voz que se escuchó en el Purgatorio diciendo “¡Ay, navecilla mía, cuán mal cargada estás!” (Canto 32), pero es el momento de ofrecer lo mejor de cada uno de nosotros, recomponer nuestros restos, empujar desde el sitio en que estemos para sacar el país y el mundo adelante.

[1] La divina comedia, El Purgatorio, Canto II

[1] Papaleo, C. (2021). “Mucha gente en Colombia ya no tiene nada que perder, aparte de su vida”. Mayo 11, 2021, de DW Sitio web: https://www.dw.com/es/mucha-gente-en-colombia-ya-no-tiene-nada-que-perder-aparte-de-su-vida/a-57499982


Información de citado #

Edwin K. Chacón, 23/12/2022, Lecciones del Purgatorio de Dante para hoy, Alejandría de Panamá Poético https://panamapoetico.com/ publicado bajo Creative Commons 4.0


Sobre el autor #

Poeta y gestor cultural de Panamá Poético.

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